La Dermatitis Atópica (DA) es una enfermedad crónica que se caracteriza por una piel seca, una picazón intensa, lesiones cutáneas inflamatorias, y que tiene un impacto considerable en la calidad de vida de los pacientes. Es una enfermedad compleja que muestra una gran heterogeneidad clínica y que combina diversos mecanismos como predisposición genética, desregulación inmunológica y factores desencadenante. Y esto tiene una consecuencia a nivel terapéutico. De hecho, todos estos elementos necesitan un manejo propio y hacen de la DA una candidata perfecta para los programas de educación terapéutica del paciente y de sus familiares.
Novedad en los tratamientos:
Los corticosteroides tópicos han sido durante mucho tiempo el tratamiento estándar de la DA por su capacidad a reducir el Pruritus y la inflamación de la piel. Afortunadamente, en las 2 últimas décadas se realizaron muchos esfuerzos para entender los mecanismos de la enfermedad, que llegaron al desarrollo de varios otros tratamientos como los inhibidores tópicos de la calcineurina, el inhibidor de la fosfodiesterasa o incluso las bioterapias.
Más recientemente se han desarrollado una nueva clase de tratamientos tópicos para la DA: los inhibidores de la Janus quinasa (JAK). Estos tópicos, por su mecanismo de acción, son capaz de suprimir el picor y abren una nueva vía de tratamiento a explorar para el tratamiento más eficaz del prurito crónico en la DA y otras enfermedades pruriginosas crónicas.
Asimismo, se están investigando nuevas terapias sistémicas como los inhibidores de la interleucina-31 (IL-31) que han sido desarrollado especialmente para tratar el prurito de la DA.
Microbioma cutáneo:
El microbioma cutáneo son todas las bacterias que cohabitan en nuestra piel, ya sean beneficiosas, no perjudiciales o perjudiciales. Son las bacterias comensales. Un buen equilibrio entre estas bacterias es beneficioso para la salud de la piel, mientras que un desequilibrio (o disbiosis) conduce al desarrollo de problemas cutáneos.
Recientemente se ha probado que las personas con DA tenían un microbioma cutáneo afectado. Hay muchas influencias en la composición del microbioma de un individuo. Se asumía que un feto es prenatalmente estéril y que el primer contacto y colonización comienza durante el parto, pero hoy en día se ha demostrado que el primer asentamiento de microbios podría suceder antes del parto gracias a la flora bacteriana de la madre. Se mostró también que el modo de parto (parto natural o cesárea) tenía influencia en el microbioma del bebé.
Por otra parte, se ha demostrado que el uso de probióticos durante la gestación podía tener una influencia positiva en la calidad del microbioma y el desarrollo o no de la DA. Asimismo, para las personas que padecen DA, se recomienda el uso de probióticos y de emolientes para mantener el microbioma.
Emolientes:
Los emolientes tratan los síntomas de la piel seca, ayudan a mantener una humectación adecuada, actúan como una barrera para los irritantes y pueden tener propiedades antiinflamatorias y anti-picor leves. Un estudio reciente (2017) concluyó que los emolientes prolongan el tiempo entre los brotes de DA, reducen el número de brotes y la necesidad de corticosteroides tópicos. Asimismo 2 otros estudios se llevaron a cabo para determinar, entre todos los emolientes disponibles en el mercado, cuáles eran los mejores, tanto para los adultos que para los niños. Ningún de los dos pudo demostrar la superioridad de un emoliente sobre otro, concluyendo que lo importante es 1) que los pacientes conozcan las características de cada uno de los tipos de emolientes para poder elegir y 2) que estén cumplidores con la hidratación diaria de su piel.
Factores ambientales:
El desarrollo de la DA se debe a la combinación de varios factores como un defecto intrínseco de la barrera cutánea (entre otros, mutación del gen de la filagrina), una desregulación inmune y estímulos extrínsecos como alergenos, irritantes o microbios. Aunque el papel preciso que juegan los alergenos ambientales (como los ácaros o el polen) en la conducción de la DA sigue siendo poco claro, recientemente (2023) se mostró que la hiposensibilización mejora de manera importante la severidad de la DA y la calidad de vida de los pacientes.
Es importante tener en cuenta que la DA es una enfermedad compleja y multifactorial, y que la carga del prurito crónico es muy importante.
Por tanto, aunque muchos esfuerzos ya se hayan hecho, se necesitan más investigaciones para entender completamente la enfermedad y desarrollar tratamientos efectivos.
Mientras tanto, existen los programas educativos como medidas útiles en la terapia de la DA. Aunque existan diferentes modelos y programas en el mundo, se ha mostrado que los mejores resultados, en términos de reducción del prurito y de la inflamación, normalización de la disbiosis o incluso mejora de la barrera cutánea, se han obtenido cuando los tratamientos se combinaban con un programa formal de educación sobre el tratamiento para pacientes y cuidadores. Incluso en los adultos, se podría lograr una mejora significativa tanto de la gravedad de la enfermedad como de las conductas negativas frente al picor.
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